martes, 23 de noviembre de 2010

Cuentos sobre Halloween

"Las brujas despiertan"


La tan esperada noche de brujas por fin había llegado , los niños se disponían a salir por sus dulces para luego reunirse a contar cuentos de terror. Pero esta vez algo especial sucedería.
En lugar de reunirse en el lugar habitual lo harían en el cementerio abandonado en las afueras del pueblo, todos estaban nerviosos pero trataban de ocultar su temor.
En el lugar la calma era tan profunda que imponía silencio.
Los niños comenzaron a llegar y se sentaron formando una ronda alrededor de una lámpara que alumbraba sólo sus caras.
El mayor de ellos comenzó a contar la leyenda del cementerio:

... Se dice que en este lugar fueron sepultadas tres hechiceras y que a partir de ese momento todos los años en la noche de brujas sus almas se elevan de las tumbas para atormentar a aquellos que no creen en ellas...

¿Pero... quién está haciendo ruidos? ¿Hay alguien escondido?
Todos se inquietaron , tal vez alguno de los niños mayores se había ocultado para atemorizarlos... Entonces se escucharon las doce campanadas de la iglesia repicando a la distancia...
¡ Los niños se tomaron instintivamente de las manos !

¡ La linterna cayó al suelo apagándose y el viento comenzó a soplar ! ¡ La luna se veía más grande y tenebrosa!

¡ Debemos regresar a nuestras casas esto ya ha dejado de ser gracioso ! dijo uno de ellos, y seguidamente gritó... Cielos ¿ Qué es eso?

De las tumbas parecían salir flotando extrañas y fantasmales figuras, nunca habían visto nada semejante. Querían correr pero sus piernas estaban endurecidas por el temor.

¡ Una risa estremecedora sacudió el cementerio ! ¡ Por fin los pequeños lograron reaccionar y salieron corriendo de aquel espantoso lugar !
Cuando estuvieron a salvo en sus hogares prometieron no contar a nadie lo que habían visto, pero a partir de aquella noche jamás volvieron a burlarse de los que contaban historias sobre el cementerio abandonado.

FIN




La noche de Halloween 
Un grupo de amigos decidió disfrazarse por la noche y quedaron a las once en punto, para ir a pedir caramelos de puerta en puerta por las casas del barrio. 
Cuando el reloj marcó las once, llegaron todos disfrazados, uno de momia, otro de diablo, y los demás de fantasmas y dezombis. La verdad, es que daban mucho miedo.
La gente les dió muchos caramelos, y estaban muy felices,pero se estaban acercando a una casa donde decían que vivía una familia muy rara. Creían que la señora era una bruja y que no le gustaban los niños.
Con mucho cuidado, se acercaron a la terrible casa pero ninguno quería entrar. En el jardín, había un árbol terrorífico y a sus pies, una calabaza que los seguía con su mirada.
Por las ventanas parecía verse fantasmas y la puerta, que estaba abierta, dejaba ver la chimenea donde la bruja, seguramente hace sus pócimas,pero se armaron de valor y entraron.

Nada más hacerlo, aparece un vampiro que les dió un susto de muerte. Corren a esconderse, pero al entrar en la cocina ven a la bruja. 
Se pusieron a gritar y a llorar, pero entonces, la señora disfrazada de bruja les abrió un baúl lleno de monedas de chocolate. 
Ellos entendieron que no eran tan malos y la bruja y el vampiro le dieron las gracias por atreverse a entrar, ya que a ellos le gustaban mucho los niños y nunca les visitaba ninguno.

Y cibercolorín, cibercolorado, este cuento, ha sido editado.



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